Era un abrigo ochentero, largo y con una esclavina sobre los hombros, siento no haberle hecho foto. La piel en color granate de muy buena calidad.
Una vez que el año pasado me atreví con los arreglos de pieles ella me propuso si le haría algo con ese abrigo, no suelo comprometerme a hacer cosas para otros pero esto me lo tomé como un reto para mí misma.
La verdad es que ha sido un trabajo duro que me ha llevado muchas horas ya que es complicado coser sobre cuero que es un material que dificilmente se desliza sobre la máquina y con la dificultad añadida de que un pespunte erróneo puede ser una catástrofe ya que al descoserlo se quedan marcadas todas las puntadas y los consiguientes agujeros en el cuero.
Aquí se puede ver como ha quedado el vestido, la dueña está contentísima.
Se puede ver cómo he respetado los bolsillos originales que tenía el abrigo eso sí, subiéndolos más arriba al estilo de las sudaderas.
Normalmente las prendas de cuero vienen con las costuras y dobladillos pegados con pegamento. En la zona del dobladillo fue completamente imposible despegarlo para poder continuar con las costuras con lo cual hubo que "sacrificarlo" y cortarlo por lo que también tuve que poner un trozo postizo porque si no quedaba corto, postizo al que hice también bordados para que conjuntara con los otros de la pechera.
Y por último el cuello. Es el cuello original del abrigo, un poco modificado. Se puede ver cómo lo dejé a propósito un poco desbocado para que le entrara bien por la cabeza pues aunque no necesita ninguna abertura le puse una cremallera invisible en un costado que pasa totalmente desapercibida.
El próximo es el mío, ya lo tengo casi hecho. También es en rojo y producto también del reciclaje.